¿Qué es la escuela?
- Ingrid Carolina y Daniela
- 13 oct 2017
- 2 Min. de lectura

La definición de escuela según la RAE comienza por el concepto griego que le entiende como tiempo libre, ocio y que propende por la creación de nuevos aprendizajes a través de experiencias. Sin embargo, a medida que la escuela fue generando filósofos y pensadores se entendió como un espacio de estudios. Pero, el concepto se ha ido transformando debido a las diferentes conquistas y expansiones territoriales de los siglos más recientes en los que el pensamiento eurocentrista produjo una educación como formación. Para algunos liberales, la escuela es un dispositivo de generación de ciudadanos, o de proletarios <según algunos marxistas>. Por consiguiente, la escuela es a la vez una conquista social y un aparato de inculcación ideológica de las clases dominantes que implicó tanto la dependencia como la alfabetización masiva, la expansión de los derechos y la entronización de la meritocracia, la construcción de las naciones, la imposición de la cultura occidental y la formación de movimientos de liberación, entre otros efectos (Pineau, 1999).
“...A partir de entonces, todos los hechos sociales fueron explicados como sus triunfos o fracasos, es decir, los desarrollos nacionales, las guerras, la aceptación de determinados sistemas o prácticas políticas se debían fundamentalmente a los efectos en la edad adulta de lo que la escuela había hecho con esas mismas poblaciones cuando le habían sido encomendadas durante su infancia y su juventud.” (Pineau (1999) ¿Por qué triunfó la escuela? o la modernidad dijo:“Esto es educación”, y la escuela respondió:“Yo me ocupo” página 306. Revista modernidad y educación)
La escuela ha sido en el sentido más racional un mero resultado de lo que se conoce como desarrollo humano, educativo y lineal, que para este caso e investigación en particular ha de ser problematizado desde el pensamiento de una escuela otra. La escuela nos exige un compromiso ético, político, social y cultural que soporte un trabajo creativo y garantice ese derecho de educación para todos: los que necesitan una segunda oportunidad, los que merecen ser comprendidos en sus dificultades socioculturales, los que necesitan un estímulo necesario para continuar en su proyección o tránsito por la vida; y se podría seguir enumerando un sinfín de situaciones que se han y se pueden presentar dentro de la escuela.
Ahora bien, en esta realidad es imposible materializar este tipo de pensamientos. Sin embargo, aún conscientes de todas las posibles limitaciones que tenemos en la educación, como escuela no podemos resignarnos a aceptar de manera pasiva esta realidad. Es nuestro deber estar en búsqueda de propuestas y prácticas alternativas que pongan la mirada en los sujetos que allí se encuentran, ¿qué hay del estudiante y sus necesidades?, ¿acaso es importante o siquiera relevante entender cómo piensa?, ¿cómo percibe la realidad?, ¿la escuela otra es posible?, ¿cómo me relaciono con el “otro”?
Indispensable para tener consciencia de nuestra situación y para emanciparnos de las circunstancias accidentales de nuestra educación (Russell, 1993, p. 82).
A la luz de esta contemplación, toda la experiencia humana se transforma, (...). A medida que crecemos en sabiduría, se abre para nuestros ojos la caja de los tesoros de todas las épocas (Russell, 1993, p. 92).
Comments